“Por otra parte, se considera “pasivo” a un hombre que está sentado, inmóvil y contemplativo, sin otra finalidad o propósito que experimentarse a sí mismo y su unicidad con el mundo, porque no “hace” nada. En realidad, esa actitud de concentrada meditación e la actividad más elevada, una actividad del alma, y sólo es posible bajo la condición de libertad e independencia interiores”(Fromm E., 1959)
Facultad de Ingeniería de la UNAM